El famoso español, lanza su séptimo album, titulado “No es lo mismo”, es la primera vez en que lo produce el propio artista, en colaboración con el músico cubano Lulo Pérez, su lanzamiento al mercado, se hace a través del sello WEA latina.

En No es lo mismo, Alejandro Sanz mira hacia Madrid pero también hacia Andalucía, Cuba y México. El flamenco se manifiesta con mayor claridad y se incorporan sones cubanos y algunas de las sonoridades propias del hip hop, a lo largo de las doce canciones que compondrán el disco.
En el tema que abre el disco homónimo al trabajo, No es lo mismo, Alejandro se atreve a introducir compases hip hop y a tocar el tres cubano para en Hoy llueve, hoy duele, tomar la forma de rumba ecléctica que bebe tanto del blues, el son o el jazz como de soul y flamenco. El momento para la balada es He sido tan feliz contigo, y el guiño espontáneo llega con Try to save your song.

Eso tira de flamenco directo a la fibra sensible, mientras que Labana se ha definido como el Corazón partío cubano. Sandy a orilla do mundo es la particular denuncia del cantante al desastre del Prestige y, por su parte, 12 por 8 vuelve al terreno flamenco en una muestra más de pensamientos y sentimientos.

Al olvido invito yo, es otra de las baladas del disco que da paso a Regálame la silla donde te esperé (uno de los momentos más fuertes de todo el álbum), para llegar a continuación a Lo diré bajito, quizá su corte más introspectivo. Y como broche, todo esto se cierra con Sí, he cantado mal, con mucho poderío. Sánz ha logrado un sitio en el pop latino y al recordar este álbum de 2003, entendemos por qué.

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