Emergencia Sanitaria no detuvo emprendimiento familiar

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El empresario Gonzalo Rivera junto a su esposa Victoria Pazmiño, se adaptan a la nueva normalidad en su local comercial. Su negocio ubicado frente al mercado “La Merced”, cumple con los protocolos para brindar el mejor servicio a la colectividad. Foto: Estuardo Merino / El Espectador Chimborazo

“Comercial Anita” un negocio de 40 años, que se innova y cumple con las medidas de bioseguridad para seguir ofreciendo a su clientela sus 1.500 productos, desde una aguja a disfraces, juegos tradicionales, entre otros.

Durante la emergencia sanitaria varios locales comerciales de venta al por mayor y menor han cerrado definitivamente, pero el emprendimiento del señor Gonzalo Rivera Inca, sigue a pesar de las adversidades. Su propietario comenta que esta idea nació hace 53 años atrás y se ha convertido en una tradición “hacer una comprita” en este local.

Una anécdota que recuerda Gonzalo es que Comercial Anita «comenzó en un lugar de alquiler para sus ventas y gracias a su sacrifico se puede observar la consolidación de sus ideales, hoy en día son propietarios del inmueble».

Este negocio cuenta con más de 1.500 productos, su variedad ha sido lo primordial para que sus clientes regresen, la calidad y buena atención son su fortaleza. El trato personalizado al consumidor, hoy en día con el debido distanciamiento social y el uso de alcohol desinfectante les permite seguir con su trabajo.

«La clave del éxito es el trabajo diario, de lunes a domingo desde las 06h00 hasta las 22h00, antes de la pandemia; en esta época de Covid-19 los horarios han cambiado pero el trabajo no se va, seguimos ofreciendo a la ciudadanía lo que necesita” manifestó Rivera .

Que niño, joven o adulto no se acercado a realizar su compra de trompos, horquetas de madera, yoyos, perinolas, o cualquier otro artículo. El domingo aquellos padres de familia o estudiantes buscando algún material, este negocio siempre fue su alternativa o salvación en esas emergencias. Foto: Estuardo Merino/El Espectador Chimborazo

En estas circunstancias nunca se pensó cerrar el local, solo se han reinventado a lo que necesita el ciudadano riobambeño, asegura que «las ventas han bajado”. Pero a pesar de la dura situación los propietarios se mantienen felices trabajando. Recuerdan que en los meses de agosto a octubre era tiempo de inicio de clases y sus clientes llenaban el local para buscar uniformes de las instituciones educativas de Riobamba.

Otra de las fechas tradicionales es la navidad donde el local se abarrotaba para buscar imágenes religiosas, adornos, luces, túnicos, todo lo necesario para esta época del año. Hoy en día siguen con los productos pero también han emprendido en la venta de mascarillas, alcohol, gel anti bacterial, jabones, trajes de bioseguridad, bandejas desinfectantes y más; para los niños, jóvenes y estudiantes tiene material lúdico, juegos de mesa y diábolos.

El mensaje de Gonzalo Rivera, gerente propietario es que la gente necesita trabajo, es momento de reactivar la economía, apoyarse unos a otros. Él piensa que no es competencia de nadie, pero la manera de atender a sus clientes es lo mas importante para que el comprador regrese a su local, mismo que se encuentra ubicado en las calles Guayaquil y Espejo frente al Mercado La Merced.

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