Complementariedad entre estudios feministas y de masculinidades. Fotografía: Freepik

Varias preguntas se abren cuando estudiamos las masculinidades. Cada vez con más fuerza se han posicionado las “nuevas masculinidades” en el ejercicio teórico y político de deconstrucción de la hegemonía sexo genérica. Este texto propone el cuestionamiento sobre si los estudios de masculinidades se complementan con los estudios feministas de mujeres, o si en los primeros puede haber auto referencialidad masculina que ponga en riesgo la relevancia y vigencia de los segundos, en un contexto exacerbado de violencia de género contra las mujeres.

Mark Justad hace una aproximación importante para aclarar esta cuestión. Parte del enfoque pro feminista en los estudios de hombres y masculinidades, en razón de su compromiso con el movimiento por la plena humanidad de las mujeres (Justad 2000). Se propone mover al género dominante más allá del patriarcado, puesto que no hay un hombre monolítico ni un reclamo general sobre la presencia del privilegio masculino en la vida de todos los hombres (Justad 2000). Si bien esta clave de lectura es relevante, entran en cuestionamiento las legítimas sospechas que se presentan sobre si los estudios de masculinidades podrían opacar o quitar relevancia a los estudios feministas que se concentran en mujeres, en tanto el legado del androcentrismo sigue vigente y la exclusión mezquina de las mujeres en el mundo, incluida la producción académica es algo con lo que aún se combate a diario.

La clave analítica para salir de estas sospechas y preocupaciones, parte de sustituir masculinidad por masculinidades para dar cuenta de la diversidad entre hombres (Justad 2000). Sin embargo, tampoco es suficiente, en tanto varios estudios de las masculinidades ya se han posicionado en un alejamiento del feminismo, asumiendo una posición binaria. Todas las preocupaciones que puedan surgir dan cuenta de tres suposiciones que el autor propone y que legitima a los estudios de masculinidades como complementarios y aliados necesarios para los estudios feministas de género. Primero, hablar de un género es hablar de ambos géneros, es decir, hablar de mujeres requiere hablar de hombres (Justad 2000), lo que implica la necesidad de complementar los estudios para que sean fructíferos en tanto producción de transformaciones reales en la escala de las relaciones de género.

Así, no basta con la capacidad transformadora de las mujeres, su posibilidad de hacer frente a la violencia, si no se construyen masculinidades alternativas y disidentes aliadas. Segundo, los estudios de los hombres se basan en el éxito de los estudios feministas de las mujeres en formas concretas de construcción de conocimiento femenino y feminista en la academia (Justad 2000). Este aspecto permite resaltar que los estudios de masculinidades son potencialmente un aliado del feminismo que si es asumido en su justa dimensión produce procesos profundos de deconstrucción. Tercero, los estudios de masculinidades  desempeñan un papel importante para ayudar a identificar y avanzar más allá de las expectativas limitantes y destructivas de las formas de masculinidad hegemónica, ya que dan forma a las oportunidades y elecciones de nuestra vida (Justad 2000), entonces permiten visibilizar que el problema del machismo y el patriarcado o las relaciones de género jerárquicas no se subsumen a la cuestión de mujeres oprimidas contra hombres opresores, al contrario, podrían ir más allá del carácter binario.

Finalmente, recojo una frase fundamental para este debate “las voces de la resistencia feminista han sido una voz principal en esta categoría, y si queremos buscar la humanidad completa de los hombres, los estudios de masculinidades deben continuar haciéndose responsablemente ante el movimiento feminista por la humanidad completa de las mujeres” (Justad 2000). Situar a los estudios de masculinidades en el terreno académico y político de los estudios feministas es necesario, consecuente y urgente.


REFERENCIAS
Justad, Mark. «Women’s Studies and Men’s Studies: friends or foes.» The Journal of Men´s studies, 2000: 401-406.

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Riobambeña. Abogada feminista, Ingeniera en Gestión de Gobiernos Seccionales. Especialista en Derechos Humanos y Máster en Sociología Política. Ha sido representante estudiantil universitaria en pregrado y pos grado. Formó parte de la Secretaría Nacional de Género de la Confederación de Estudiantes Universitarios. Directora académica del Instituto de Investigación Contracorriente. Docente, ponente e investigadora de género, feminismos y política contenciosa. Integrante del Movimiento Contracorriente. Autora del libro “Los principios de igualdad y no discriminación”. Actualmente se desempeña como Subdirectora Nacional de Acceso a la Justicia del Consejo de la Judicatura.

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