Es el Sumak Kawsay o (buen vivir de los pueblos) expresa toda la armonía, orden y equilibrio entre el ser personal, los otros, la comunidad, la pacha mama (la fecundidad de la tierra) y Dios mismo con una vida espiritual, ética y social.
La filosofía andina se trata de la espiritualidad y ética del cuidado de la vida en todas sus fases, estadios, formas y dimensiones desde el momento de la concepción hasta el final de la existencia. Estos valores y principios irrenunciables de la vida en la dualidad hombre-mujer con la familia e hijos, la comunidad y el ámbito ecológico: son sagrados e inviolables.
A continuación señalaremos estas 4 leyes de filosofía de las comunidades andinas:
La primera dice:
«La persona que llega a nuestra vida, es la persona correcta»; es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
La segunda ley dice:
«Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido». Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante.
No existe él: «si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…». No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
La tercera dice:
«En cualquier momento que comience es el momento correcto». Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuándo comenzará.
La cuarta y última:
«Cuando algo termina, termina». Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.