La suspensión de clases presenciales, ha dado lugar al cambio repentino de enseñar a través del uso de la pizarra, marcadores y en la mano del docente el libro guía. Sin embargo, estamos más interesados en utilizar la “mejor tecnología” y olvidamos lo fundamental de cómo enseñar en educación a distancia.
Es relativo pensar que el solo uso de herramientas tecnológicas nos conduce al éxito de la enseñanza a distancia. Es común, que a estas alturas todavía haya gente; que no sepa que la tecnología debe ir de la mano con los docentes, como ayuda a su labor y no convertirse en una carga más de trabajo.
Para muchos maestros, la tecnología educativa continúa siendo su rival, no por tener que utilizarla, sino por la imposición obligada a utilizar herramientas específicas para la educación a distancia, creyendo que son las mejores y que aportaran eficazmente a la labor docente. Estas creencias se desmoronan cuando solo se busca beneficios tecnológicos y no la del docente.
¿Cómo enseñar a distancia en tiempos difíciles de aislamiento por el COVID-19?, se torna complicado cuando los docentes no han recibido suficiente capacitación, más aún si no tienen una formación de profesor online.
Lo fundamental es saber si los estudiantes se sienten acompañados de los profesores, a través de la verificación de su aprendizaje, el proporcionarle un feedback, la resolución de dudas al instante, siempre utilizando un lenguaje cercano y positivo, celebrando sus aciertos y corrigiendo los errores. Principalmente, haciéndoles notar que estamos a su lado.
En conclusión, estamos más preocupados por usar la tecnología que por conocer si a través de estos medios se llega, verdaderamente, a enseñar a los estudiantes.