Hace unos días atrás, en taquilla, observé que DC lo hacía de nuevo. Con ansias esperaba su nuevo material cinematográfico donde Harley Quinn sería la protagonista (al fin). Sin duda me sorprendió mucho ver que en su estreno, solo había un aproximado de 20 personas en la sala. De igual forma, me di cuenta que esta película no sería como las otras- llena de hombres machirulos matando a otros hombres- sino más bien, sería una especie de “reinvención plena de una extraña forma de poder femenino”.
Previo a esto, revisaba en las páginas de críticas del cine, y encontraba excelentes comentarios sobre la trama y su propuesta de guión. Sin embargo, también me encontré con uno que otro comentario misógino, enfatizando que las películas de súper heroínas no venden, y por más que su elenco sea comprometedor, a nadie le interesa. En el portal Tomatazos (una página dedicada a recoger las críticas de los profesionales en el cine, como también de los usuarios que lo consumen) desata una información reveladora, mencionando que el 75% de las críticas no favorables hacia el material cinematográfico es de hombres; dejando claro que el posible fracaso taquillero de este material puede ser una respuesta directa del sistema patriarcal -el cual muchos no quieren reconocer-.
Una de las cosas que más me llamó la atención de DC, es la forma de pedir disculpas al público -ante el revuelo que ocasionó su lanzamiento anterior-. Por si no lo recuerdan, hace cuatro años en las salas de cine, se vivió en carne propia una historia de amor tóxico protagonizada por Margott Robbie y Jared Leto; dándole vida a los súper villanos de las historietas de DC: Harley Quinn y el Guasón.
La película expresaba una relación irracional que prometía un poco de amor a cambio de violencia sistemática. Sin duda alguna, esta película cumplía con todos los estándares para ser vista por todo el público (incluyendo menores de edad) pero, ¿qué es lo que nos escondía y transmitía?, ¿fuimos conscientes de sus detalles? No es por exagerar, pero ya lo decía Noam Chomsky: los medios masivos dan forma a la opinión pública, dando esto como resultado el fortalecimiento de una estructura machista y patriarcal que todas queremos eliminar.
El crítico y articulista Antonio Weinrichter, menciona que (la película Aves de Presa) no debió reproducir “los peores tics” de las películas hechas por machitos, ya que al verla, no encuentra diferencias entre esta película escrita, dirigida, protagonizada y producida por mujeres y el patriarcado audiovisual que denunciaron teóricas como Laura Mulvey; podría estar de acuerdo pero, ante los últimos hechos registrados en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en cuanto a ignorar a grandes mujeres productoras y directoras, prefiero quedarme con el magnífico producto que nos brindó Cathy Yan: una mujer china, directora de cine, guionista y productora de grandes obras que tal vez tú y yo ni lo sabíamos.
