La vicepresidenta de Ecuador, María Alejandra Muñoz, inicia este miércoles un viaje por España, El Vaticano, Italia y los Países Bajos.
En una entrevista con EFE, Muñoz subrayó que su objetivo es “abrir un espacio de conversaciones” para conseguir mayor cooperación, en el caso de España de carácter médico en el área de trasplantes infantiles.
“Un espacio de colaboración que nos permita profundizar en la desaceleración de los daños (agravados por la pandemia) poniendo en el centro al ser humano, a la niñez que no tiene familia, que tiene enfermedades catastróficas y que requieren de nuestra ayuda”, declaró.
En ese sentido mantendrá conversaciones con personal de la clínica de la Universidad de Navarra, el hospital La Paz de Madrid y otro centro médico de Murcia.
“Hasta el día de hoy la clínica de la Universidad de Navarra recibe la mayor cantidad de derivaciones de niños con enfermedades catastróficas, por lo que necesitamos mejorar las condiciones de ese convenio para que más niños ecuatorianos puedan acceder”, explicó la vicepresidenta.
El centro médico Navarro, indicó, recibe “alrededor de 40 niños al año”, unas intervenciones que hasta hoy no se realizan en hospitales pediátricos del país andino.
“En la misma línea, con el hospital de La Paz vamos a abrir espacios para la asistencia técnica precisamente para empezar a trabajar con miras a (la realización de esas intervenciones) en Ecuador”.
La gira, hasta el 13 de noviembre, incluye asimismo una parada en el Vaticano, donde el próximo 9 de noviembre será recibida por el papa Francisco.
“Tenemos algunos convenios firmados. Sin embargo, por el covid-19, han quedado un poco en espera y lo vamos a reactivar”, matizó la vicepresidenta.
Uno de ellos tiene que ver “con educación y preparación para la autonomía de jóvenes-adolescentes en casas de acogida”, un asunto de particular importancia para Ecuador, donde hay un colectivo de unos 1.300 jóvenes en esa condición.
A cargo de la aspectos sociales relacionados con la infancia, entre otras funciones que le fueron atribuidas por el presidente, Lenín Moreno, Muñoz destacó la importancia de estar alerta frente al deterioro de las condiciones de vida de muchas personas en el mundo por los efectos de la pandemia, lo que podría hacer retroceder una década los avances sociales logrados para una mayor equidad.
E insistió en su mensaje de “prevenir que se sumen más extremos pobres en países como el Ecuador”, una misión para la que cree fundamental trabajar con “la cooperación internacional” porque “no podemos solos”.
Para ello, en Roma, se reunirá con dirigentes del Programa Mundial de Alimentos, organización que ya ha trabajado con Ecuador en la concesión de bonos de nutrición, una herramienta para combatir el grave fenómeno de la desnutrición infantil en el país.
Y en La Haya dedicará su agenda a fomentar el seguimiento y una mejor aplicación de la Convención Internacional de Protección de Menores, en particular en todo lo que concierne a procesos de adopción.