El presidente Donald Trump insiste en que los sitios culturales de Irán son un blanco legítimo para el ejército estadounidense, rechazando las preocupaciones dentro de su propio gobierno de que atacarlos podría constituir un crimen de guerra según el derecho internacional.
Trump manifestó: “Se les permite matar a nuestra gente, usar bombas en las carreteras y no se nos permite tocar sus sitios culturales. No funciona de esa manera”.
Sin embargo, un ataque a un sitio cultural violaría varios tratados internacionales y probablemente se consideraría un crimen de guerra. La resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas «condena la destrucción ilegal del patrimonio cultural, incluida la destrucción de sitios y artefactos religiosos». Esa resolución se produjo como respuesta a la destrucción por parte de ISIS de varios sitios históricos y culturales importantes en Siria e Iraq en 2014 y 2015.
Además, amenazó a Irak con sanciones si el país expulsa a las tropas de Estados Unidos en venganza por el ataque aéreo que mató al general iraní Qassem Soleimani en Bagdad.
El parlamento iraquí votó el domingo a favor de una resolución no vinculante que llama a la expulsión de las fuerzas estadounidenses.
Por otro lado, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que el ejército estadounidense podría atacar a más líderes iraníes si la República Islámica toma represalias y que cualquier ataque militar estadounidense en territorio iraní sería legal.