El ojo rojo es algo muy común que la mayoría de personas ha experimentado una o varias veces en su vida. Los motivos de su aparición son diversos, desde irritaciones o reacciones alérgicas, hasta el cambio de clima, la exposición al humo, el contacto con sustancias nocivas, el cansancio, entre otros. Sin embargo, el enrojecimiento de los ojos también puede ser el indicio de infecciones más severas o, en casos extremos, podría tratarse de trastornos oculares graves como úlceras corneales, lesiones de estructuras externas e internas del ojo, y otras afecciones de la vista que si no se tratan a tiempo pueden ocasionar daños permanentes.
En el mes de diciembre, el ambiente mismo de la temporada hace que esta afectación se presente con mayor regularidad. Es por ello, que la Dra. Ana Brutto, oftalmóloga de la Clínica Andes Visión, explica a continuación los síntomas y enfermedades que se pueden esconder tras el ojo rojo y cuándo es momento de acudir al especialista para evitar daños letales en la salud visual y el bienestar general.
Sobre las enfermedades asociadas al ojo rojo:
El ojo rojo es una reacción inflamatoria que genera dilatación en los vasos de la conjuntiva (capa transparente y vascularizada que recubre el ojo externamente). Si bien es algo habitual y sus causas son muy diversas, este enrojecimiento puede darse por la presencia de virus y bacterias en las partes superficiales del ojo, o por alteraciones sobre las estructuras internas del mismo que pueden ser irrecuperables.
La especialista de la Clínica Oftalmológica Andes Visión, detalla las enfermedades más comunes que se distinguen por la presencia de ojo rojo:
- Ojo Seco: Cuando la superficie ocular está seca y sin una adecuada lubricación, se genera una respuesta inflamatoria. Este mismo ojo seco altera la superficie de la córnea y hace que los pacientes experimenten ojo rojo, lagrimeo, ardor, fotofobia, visión borrosa y sensación de cuerpo extraño.
- Conjuntivitis: Esta alteración de la conjuntiva sucede por infecciones y/o inflamaciones que evidencian un tono rojo del ojo acompañado de sensación de cuerpo extraño y secreción.
- Queratitis: Esta alteración de la córnea (membrana transparente y externa del ojo) se presenta por una mala lubricación, infecciones superficiales, presencia de objeto extraño u otra alteración traumática. Se caracteriza por la presencia de ojo rojo, lagrimeo, ardor, fotofobia y visión borrosa.
- Blefaritis: Es la inflamación de los párpados ocasionada por la obstrucción de las glándulas sebáceas cerca de la base de las pestañas, lo cual causa irritación y enrojecimiento. Entre sus complicaciones se encuentran la aparición de orzuelos y lesiones en la córnea.
- Uveítis: Son patologías inflamatorias que ocurren en la úvea (capa intermedia del globo ocular). Pueden ocurrir cuando afectan las estructuras internas anteriores, intermedias, y/o posteriores del ojo. Mayoritariamente se dan por infecciones y traumas oculares. Esta patología genera ojo rojo, dolor, visión borrosa, y en algunas ocasiones se acompaña de presiones oculares elevadas.
- Úlcera corneal: Es una excoriación o pérdida de tejido producida por infecciones oculares severas o por casos crónicos de resequedad ocular. Entre los síntomas que genera se encuentran: dolor ocular, inflamación, lagrimeo, secreción abundante, picazón, sensación de cuerpo extraño y ojo rojo. Es muy peligrosa si no se trata a tiempo.
- Escleritis y epiescleritis: Estas capas externas de color blanco que se hallan debajo de la conjuntiva se alteran en su mayoría por procesos inflamatorios o reumáticos generando abultamiento sobre su superficie. Estos cambios se conocen como nódulos que pueden poner en riesgo la visión y estructura del globo ocular. A nivel general, los síntomas incluyen ojo rojo y alteraciones nodulares sobre la superficie externa que en ocasiones pueden ser visibles a simple vista.
- Glaucoma: Es el daño del nervio óptico que presenta presiones oculares elevadas. El glaucoma que genera ojo rojo, es aquel de tipo agudo con lagrimeo, visión borrosa, náuseas, vómitos y un dolor que se irradia a la hemicara afectada. El ojo rojo en un paciente con glaucoma se produce cuando hay cierre angular. Las personas más propensas son aquellas con ojos pequeños, hipermétropes, o con cataratas que generan acortamiento de la amplitud de la cámara anterior.
Sobre los principales signos de alerta:
Aunque no debe ser motivo de pánico, el ojo rojo constituye un signo de alarma que evidencia que el organismo está experimentando algo indebido. Por tanto, si la persona padece este enrojecimiento continuamente es importante que visite al oftalmólogo para conocer la causa y seguir el tratamiento más adecuado. De igual manera, es fundamental visitar al médico ante los siguientes síntomas:
- Dolor ocular
- Náuseas
- Vómitos
- Visión borrosa o distorsionada
- Sensación de cuerpo extraño
- Lagrimeo constante
- Picazón
- Párpados hinchados
Sobre los pasos a seguir ante la presencia de ojo rojo:
De acuerdo con la Dra. Ana Brutto, oftalmóloga de la Clínica Andes Visión, lo primero que debe hacer un paciente con ojo rojo es acudir a la valoración oftalmológica para diagnosticar la causa y progreso de la patología. Se sabe que los pacientes que viven en ciudades con clima seco y que pasan mayor tiempo de horas frente a dispositivos electrónicos pueden presentar ojo rojo por la falta de parpadeo y lubricación. Ante estas circunstancias, algunas alternativas que pueden emplear los pacientes para cuidar su salud visual incluyen:
- Uso de lágrimas artificiales
- Uso de gafas con filtro de protección UV
- Uso de lentes con filtro de luz azul para evitar que la calidad de la lágrima disminuya
- Parpadear constantemente
- No automedicarse
Luego del respectivo chequeo, el médico especializado podrá recomendar el uso de antiinflamatorios esteroideos o no esteroideos tópicos y/o sistémicos; antibióticos; y/o, antihipertensivos oculares, dependiendo de cada caso.